Una que te resultó una agradable sorpresa: Barranquilla
De niño había estado en La Arenosa, un paso obligado cuando de familia íbamos de paseo a Santa Marta y Cartagena y pasábamos a visitar a mi tío que vivía entonces en Curramba. Mis únicos recuerdos de Barranquilla en mi infancia eran el cruce del Puente Pumarejo sobre el Magdalena y la casa de mi tío.
Siempre consideré a Barranquilla como una simple ciudad. Un pueblo grande, tal vez feo, con las calles llenas de arena y una población desordenada y bulliciosa... hasta que tuve la oportunidad de visitarla.
Me gustó su arquitectura. Sus casas con techos de cuatro aguas y ventanas en arco. Recorrer las calles en los alrededores de Prado. Tener esa sensación de estar visitando no un pueblo grande sino una verdadera ciudad. Puedo decir que Barranquilla me encantó.
Hoy en Twitter no sé si sigo a más barranquilleros que medellinenses. Algo tiene esa ciudad que me sigue atrayendo aun cuando no he vuelto desde 2004 y algo dentro de mí me dice que tengo que regresar pero para carnavales.
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Tomado de #30ciudades.Wordpress.com.